Esfumados en el aire: los hijos de los desaparecidos

Publicado en por Elizabeth Davies

 



En los años 70, una dictadura militar interrumpió el proceso democrático en la Argentina. Después del golpe de Estado, el país se sumió en un ambiente de opresión y terror. Miles de personas fueron secuestradas y encarceladas en campos de detención por parte del gobierno, y aún ahora hay grupos que buscan sus restos. Además de los innumerables jóvenes, intelectuales y activistas que parecieron esfumarse, cientos de nenes y chicos- los hijos de los secuestrados- fueron robados también. En los años después del fin de la dictadura, empezó encontrar evidencia en la forma de cuerpos y testimonios que dicen la verdad de qué pasó en esa época, pero todavía hay mucha gente cuya historia permanece no narrada. Es más, es cierto que los parados desconocidos de los hijos robados de las prisioneras embarazadas continúan contribuir al misterio y a la confusión que rodean la dictadura militar.

 

 

El 24 de marzo de 1976 asumió el poder del gobierno argentino una junta de las Fuerzas Armadas por un golpe de estado. Durante los ocho años siguientes, el gobierno suspendió la actividad política, disolvió el Congreso, y censura los medios de comunicación entre otras medidas. Pero el aspecto más trágico de esta época es la “desaparición” de todos que el gobierno consideró “subversivos.” Sus métodos fueron crueles y eficaces-- las secuestraron, las torturaron y las asesinaron a 30.000 personas. Porque los cuerpos de las víctimas fueron enterradas en fosas comunes o arrojados en el mar, muchos de sus restos nunca han sido descubridos.

 

La mayoría de estos desaparecidos eran estudiantes, sindicalistas y guerrilleros involucrados en la política y fueron secuestrados por fuerzas armadas vinculadas con el gobierno. Cualquier de sus conocidos podrían ser sospechados de la disidencia también. Aún más vergonzoso de esa persecución de los inocentes es el tratamiento de los hijos de los desaparecidos. En algunos casos, los que ya han nacido fueron secuestrados con sus padres y mataron como ellos y, en otras situaciones, cuando la secuestraron a una mujer embarazada ella tenía que dar luz al nene en el cárcel. Frecuentemente, se les dieron los nenes a parejas conectadas con el gobierno para criar como sus propios hijos. Muchas de las familias biológicas nunca aprendieron el destino de estos niños.

 

En este momento, entre otros grupos, la Asociación Civil Abuelas de Plaza de Mayo trabajan para la localización y restitución a sus familias biológicas y legítimas de los niños robados durante la dictadura. Usando los análisis de sangre tratan de emparejar personas con dudas sobre su herencia con la ADN presente en un Banco de Datos Genéticos que tienen la información genética de todas las familias que han

 

Este mes, las Abuelas resolvieron el caso N° 99 de los nietos desparecidos. Se encontraron los restos de la niña Mónica Graciela Santucho en una fosa común del cementerio Avellaneda. Aunque este descubrimiento trágico representa un logro para las Abuelas, hay 151 más casos documentados de hijos de cuyos parados no se saben nada. Así, la busca de la verdad y la justicia continúa indefinidamente hasta que el misterio de los hijos de los desaparecidos sea solucionado.


 
Mónica Graciela Santucho 
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